El ya estaría tomándose un daiquiri en el malecón..
Y yo.
Todo se trastoca ahora.
Ancianos que siempre soñaron con cruzar el charco.
A la Cuba hermana, a la Cuba soñada.
A la Habana de ensueño.
A la de nuestros abuelos.
¡Aunque no sea ni sombra!
Y sumergir las cansadas piernas
en esas calientes blancas playas de Varadero.
Quizás estuviéramos más cerca del cielo.
Soñando paisajes de algún mundo bello.
Que traiga una ola de gentes abiertas a todo lo bueno.
Que se ensanche el alma
¡que salve lo nuestro!
Y en este viaje, de locos hambrientos,
¡quedemos despiertos!
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