OTRO VIAJE MÁS

El veintidós ya es historia, dijo Laura en un inmenso y prolongado suspiro. Su tren no llegaba ni salía, al menos para su percepción en ese momento. Pero las Estaciones se sucedían una tras otra. Por momentos abría los ojos y lograba definir los indicadores. En esos, probablemente advertiría que su vida se estaba yendo con ella a demasiada velocidad. El tren corría sin importarle. Por momentos, algunas lágrimas corrían y ella las juntaba con la lengua. Pensaba en todo aquello en tanto miraba por la ventanilla y pasaba su lengua.

Pero el tren corría sin importarle.

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