El veintidós ya es historia, porque en esencia marca veintitrés. Los días oscuros quedaron atrás. Hasta el alba sonríe, se alegra. Un mejor amanecer se acerca. Hemos tomado la decisión de terminar este viaje. Las maletas son asunto antiguo. Hogaño nuestros ojos ya no ven oscuridad, solo resplandor. Estamos dando un paso al frente para dar la espalda a toda suerte de eclipsadas circunstancias. Mañana será veinticuatro y estaremos los dos, tendidos, exhalando olor a playa, lejos de lo urbano, sin cemento, exentos del ruido, respirando agitadamente mar, sosiego y placidez, viendo el lado radiante del destino pero siempre juntos.
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