Te regalé una bonita sonrisa de Joker desde mi asiento. Respondiste con una risa que retumbó en el tren. Estabas tan guapa, siempre me fascinaron tus ojos, y ese pañuelo los realzaba. Mi morena de ojos esmeralda… Estaba deseoso de conocer nuestro nuevo hogar.
Al llegar, nos marcaron con la estrella. “Papeleo” pensé, y me agarraste de la mano,caminamos hasta un lugar grisáceo.
“Hombres aquí, mujeres y niños allí”. Desconcertada, quisiste informarte, y de un empujón tu pañuelo cayó al suelo. Perdí tus ojos entre la neblina, en su lugar, divisé un cartel: “Auschwitz”.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
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