Te regalé una bonita sonrisa de Joker cuando me dijiste que no me acompañarías a nuestro viaje a Cuba…Una excusa más para poder irte con una de tus tantas amantes como solías hacer sin que el sentimiento de culpa fuese contigo. Aunque esta vez no me importó, pensé mientras aquel moreno de ojos almendrados, labios carnosos y sonrisa cautivadora apretaba su cuerpo contra el mío al compás de ritmos caribeños. Estoy pa’ to’ contigo, me dijo. Creo que el verdadero viaje acaba de comenzar.
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