Te regalé una bonita sonrisa de Joker, era lo menos que podía hacer al ver tu cara al mirar por la ventana. No podías creer que hubiera sido capaz de viajar contigo hasta Brujas, ¡por fin, con las ganas que teníamos conocerlo!
Ahora, buscas por esa ventana de tu habitación algo, pero no acierto a adivinar qué es. Intento verlo en tus ojos pero no hay ninguna pista, solo lágrimas. Dejo un zumo en la mesilla, mientras el pentobarbital comienza a entrar en tus venas. Ahora entiendo tus lágrimas, no lo sabías.
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