Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, ¡el viaje terminó!, era el momento de buscar en cómo explicar después de no poder volver a casa como siempre solía hacerlo.

Cada salida siempre era una buena oportunidad para disfrutar y compartir unas buenas borracheras, sobre todo después de la tarea realizada, era parte del “convivir”.

El siguiente día siempre era el más jadeante después de los acontecimientos, era necesario aclarar la situación y asimilar lo que vendría, sobre todo porque lo que empezaba como una convivencia casi es una tragedia, casi es el fin, sin embargo solo quedaba continuar.

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