Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro, que me había dejado encendida la luz del baño, las llaves de gas y agua sin cerrar, la radio a todo volumen y al pobre canario sin alpiste.
Que desastrosa manera de empezar un viaje. Si salía de esta, las facturas serían estratosféricas.
Es lo que tienen las prisas, el estrés, se corre mucho con el coche, y a una se le olvidan las cosas; cosas como comprar billetes para el marido.
Bueno, no creo que se enfade. Tampoco le hacía tanta ilusión este viaje.
Al menos no morirá el canario.
OPINIONES Y COMENTARIOS