Lástima que no haya billetes para maniquíes. ¡Qué maldita broma..!¡Dios! Tenía tantas ganas de llevarte conmigo para no viajar sólo. Reconozco que eres como un aguijón; dueles y haces daño, pero te necesito. A donde voy no habrá maniquíes falsos y vacíos como tú. Con suerte no tendré que llorar más por besos plasticos y mucho menos por tu mísera compañía. Estaré satisfecho con conocer un mundo lleno de sonrisas, diversidad y personas que en realidad, son seres vivos con sangre en el cuerpo. En el puerto no sólo dejo mis huellas, también dejo mi duro pasado. Gracias por quedarte.
OPINIONES Y COMENTARIOS