Según la fenomenología de Husserl hay dos capas o sedimentaciones que componen la subjetividad: la pasividad y la actividad. Estas dos sedimentaciones corresponden al estudio estático y genético de la fenomenología respectivamente. La combinación de ambos es necesaria en terapia familiar, pero los objetivos en cada una es diferente. Mientras la fenomenología estática trata el tema de la esencia de la experiencia viva del Yo, la genética pasa del Yo al Nosotros a través de la inter-subjetividad trascendental.
Dicho esto, estamos en disposición de someter a la Naturaleza y su vinculación con la conciencia humana a terapia, pero con disposiciones siempre diferenciales: mientras nos acercamos a la naturaleza y humanidad estáticas, la inter-relación de interdependencia entre ambos entes es necesaria para avanzar. Así, sometemos a la vinculación de ser-en-el-mundo de Heidegger con el ser-en-la-Naturaleza de Vincent Blok la fenomenología genética del último Husserl, lo que da como resultado un estrés conceptual que permita a ambos extremos converger en un único método del conocimiento; a saber, la predisposición natural del ser humano a ser un ente natural entre el resto de componentes de este Universo en expansión.
La terapia cultural que llevaremos a cabo será la de estudiar la relación del hombre con su estatus natural o como espacio que ocupa en la Naturaleza para el desarrollo de conceptos que nos ayuden a ejercer una moralidad que salvaguarde la difícil y abismal distancia ontológica entre los juicios éticos de la crisis ecológica y nuestro comportamiento ecologista desviado e hipócrita.
La apertura de la Naturaleza es esta relación tensa entre los opuestos Conciencia y Hábitat, lo que da como resultado un enfoque sistémico de la fenomenología del último Husserl (en combinación con la T. general de los Sistema de Ludvig von Bertalanffy) para adecuar nuestro puesto en el universo natural con un encaje apropiado de la conciencia humana en el mismo y toda su moralidad en desarrollo. Dentro de este enfoque encontraremos qué es el subconsciente de la Naturaleza, tanto pasivo como activo en el que, por un lado, se deja manipular para la transformación de sus entidades en mercancías y por el otro lado, su modificación sorpresiva e inesperada de los elementos y ecosistemas que la componen hacia una nueva era geológica: el Antropoceno.
El estudio fenomenológico del Antropoceno dará lugar a nuevas moralidades que induzcan el estilo de conducta humano hacia un nuevo porvenir, abierto técnicamente tanto a la ejecución de genocidios como a las buenas maneras del buen vivir. Si logramos salvarnos del colapso civilizatorio que se avecina podremos encontrar en nuestra interrelación con la Naturaleza un hueco en el que practicar la biomímesis o, dicho en otras palabras, una apertura al Ser biomimético que comprometa al ser humano con buenas prácticas medioambientales.
Los sucesivos artículos de este blog tratarán de cómo la Naturaleza no sólo deja de ser un concepto de apropiación técnica y se convierte en objeto de inconsciencia evolutiva fuera del antojo antropotécnico de extracción constante de rentabilidad ecosistémica.
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