En esta maleta no cabe casi nada, Paquito. No tienes conocimiento, y luego me toca a mi apañar el desaguisado. En esta, solo he podido meter medio cuerpo, un brazo y, apretando, los dos pies. Y con el resto que hago, ¿a ver? Siempre igual, hijo, haces las cosas sin fundamento. Sabes que he consentido con ese capricho tuyo de traerme estos cadáveres cada mes, pero ya estoy más que harta de tu falta de consideración. Piensa un poquito más en tu madre, ¡caray! Por lo menos, tesoro, procura que las viudas ricas que te merques sean más pequeñitas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS