Lástima que no haya billetes para maniquíes, pero ya encontraré la manera de llevarte a Kenia querida. Todavía no entiendo por qué tengo que pasar tanto tiempo en prisión, qué gran injusticia de ha cometido conmigo. Yo solo te quería a ti. Sé que no estuvo bien romper aquel escaparate, pero ya mostré mi arrepentimiento y me ofrecí a pagarlo. No paran de preguntarme por no se qué joyas que llevabas puestas, pero yo los ignoro y me imagino contigo en el Gran Cañón. Nunca entenderán nuestro amor. Qué poca sensibilidad hay en el mundo.

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