– En esta maleta no cabe casi nada – Dijo mi esposa con cara de decepción.

Había metido todas sus prendas, sus zapatos y tacones, sus útiles personales, incluso estaba forzando a entrar su caja de bombones que era un poco grande para el espacio apartado.

– ¿Acaso necesitas meter algo más? – Respondí sonriendo.

– Sí, quiero una luna de miel perfecta.

En ese momento ella voltio a mirar mi maleta, tenía mucho espacio puesto que solo había metido una muda de ropa y la toalla.

– ¿Solo llevaras eso?

Le respondí.

– Ya es perfecta si voy contigo.

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