En esta maleta no cabe casi nada. Casi nada es más de lo que necesito, pensé. Mientras menos lleve, mas encontraré.
No se trata de tan solo desplazarse, hallaré mi viaje una vez inmerso en él, aceptando sus invitaciones y misterios.
Pues entonces salí, y me encontré con el mundo. Que grande, cuantos miedos.
«No vivas una historia que no estés dispuesto a recordar», decía aquel libro del abuelo.
Su frase será mi bandera, y mi mente el vehículo.
¿Quién sigue? Repitió una fría voz. Pues entonces me acerqué.
Busco un pasaje a donde no sé.
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