En esta maleta no cabe casi nada. Sino el recuerdo de un trueno y un fuerte aguacero, despertándome, en una noche oscura y tenebrosa… sintiendo frío, acostado en un lodazal, escuchando gemidos y gritos de dolor, al lado de cadáveres desmembrados a mi alrededor; una «rata» mordiéndome la oreja, la espanté, cuando se acercaron unos hombres armados de machetes, diciendo «este está vivo». – Les dije que había viajado de Santafé a Tunja en el batallón del Rey Fernando VII para combatir a los rebeldes y había desertado me levantaron y llevaron a una carreta tiradas por caballos.

VICTOR.

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