Ateamente creyente

Ateamente creyente

Ana Pérez

20/04/2017

Soy atea. Es una de las pocas ideas controvertidas que he sido capaz de decir pública y explícitamente sobre mi. Toda mi familia es Cristiana. No se lo tomaron demasiado bien.

Sencillamente yo no me veía creyendo en los cuentos del cura, venerando un dios que jamás podría ver y siguiendo las discrepantes leyes de una biblia con demasiados años de antigüedad. Pero entiendo porque la gente cree.

Entiendo la imperiosa necesidad de suplir de algún modo aquel solitario legado que nos dejó el Humanismo. Y es que el ser humano es un animal curioso. Demasiado egoísta como para no querer ser el mejor en todo, incluso como para aceptar que haya otro ser con sus mismas cualidades. Tan solitario.

La soledad es uno de los sentimientos mas desgarradores a los que he tenido que enfrentarme. Uno de esos que te ahogan el alma, que te rompen la vida en mil pedazos, que destruyen todo a su paso y no dejan mas que frío y sucio polvo. Como un vacío perpetuo que te amordaza el corazón.

Al fin y al cabo, y por mucho que nos moleste, todos necesitamos un amigo en algún momento. Y el ser humano es demasiado egoísta para asumirlo.

Pero, al mismo tiempo que llega a cima denigrando, humillando y pisoteando al resto del mundo, va creciendo en su interior un insoportable sentimiento de soledad, de vacío, que no estaba ahí al principio, que surgió se su propio ego. Y es incapaz de aceptar que sencillamente nacemos en un mundo en el que apenas somos uno mas, otro mas. Y morimos. Y dejamos de existir. Consumidos por nuestro éxito.

Si, claro, a veces a mi también me gustaría poder creer que mi existencia perdurará en el tiempo, que mi vida tendrá un sentido mas haya de la muerte. Soy incapaz de hacerlo.

Me gusta el Budismo, o al menos todo lo que se sobre el. Sin embargo no me veo siguiendo otra lista de leyes impuestas sin más sobre mis hombros. Creo que soy demasiado libre para encadenarme así. Quizá en unos años…

Sin embargo, en cierto modo me gusta la religión. Admiro la enorme cantidad de fe que debes tener para creer. Y admiro la entereza de los amantes de su religión cuando ven como es denigrada y convertida en poco mas que la excusa de un acto cuanto menos reprochable.

Y es que aquellos extremistas que critican, menosprecian y marginan al próximo porque «mi dios así lo quiso» no son realmente creyentes, no aman su religión. Aman la idea de estar por encima, odiando al oprimido.

Y es que aun no he escuchado una sola religión que no predique el amor al otro, mas haya de matices propios de la época y ejemplos literarios.

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