Mi gran y querida amiga:
Viajé por obligación. Conocí por casualidad. Viví lo impensado y aprendí a amar cada rincón de tu hermosa tierra.
Quizás la vida me regale nuevas sorpresas, momentos y lugares que serán inolvidables, pero, mi amada argentina, tu gente, tus calles y el viejo almacén siempre estarán arraigados profundamente en mi corazón. Seràs siempre parte de mi vida y ante mis frustraciones tu imagen y recuerdos se haràn presentes.
Postal escrita por mi abuelo en el año 1927 y guardada entre sus más preciados recuerdos…jamàs supimos que habìa estado alli.
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