Querida Clara:

Qué hermosa Milán. Esta postal la adquirí en la Catedral de San Ambrosio. Fue un sabio , el primero capaz de leer en silencio. El guía nos contó que antes de Ambrosio sólo se leía en voz alta, desde largos rollos, con luz natural. Aunque existían candiles y velas la recitación nocturna hubiese perturbado el sueño del convento.

San Ambrosio podía leer silencioso con luz artificial pero le costaba a la vez maniobrar la vela y los escritos. Recurría al jardinero, Fray Lucas, para sostenerla.

A Lucas le costaba acompañarlo hasta medianoche y luego madrugar . Entonces, con una tijera podadora cortó en cien trozos iguales un largo rollo y cosió los pedazos con lianas de la enredaderade de la hiedra.

Luego de algunas lecciones, Ambrosio aprendió a portar la vela por sí mismo y a tener en la otra mano la lectura.

El sencillo objeto liberó a Fray Lucas de su pesada carga, lo hizo “libre”. De común acuerdo con Ambrosio lo bautizaron “libro”, que viene de libre, de libertad.

No sé si será cierto, estos guías no son muy confiables,

pero pensé que te iba a gustar.

Me encantaría que estuvieras aquí.

Un beso grande.

Susana

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS