Te sorprenderá recibir esta postal, de un remitente anónimo. Este lugar es maravilloso, aunque aún no lo conozco; llegué ayer por la noche y lo primero que estoy haciendo, después de contemplar la salida del sol, es escribirte.
Siento que la vida nos ofrece esta oportunidad de vivir algo diferente. Coge el primer vuelo hacia esta ciudad. De todo lo demás me ocupo yo.
Ven. Te espero.
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