Comenzar a amar mi querido Virgilio, me asecha, te matará…es un asesino veraz. Lo sé, lo supe porque eso dicen los fúnebres libros que hay de ayuda misma, situaciones tan bochornosas que tus ojos caerían febrilmente en esta caótica vida, ahógate en la mía, que sin vida ya estoy. Tu guía al infierno no se compara en lo que aqui yace, con quincena de edad me derrumbo en edificios de letras, espacios de estrellas muertas, y oro de azucar morena. Ay Virgilio, sin leer me he leido, cuanta desdicha veo en el autor, cuanta dicha debe resignarse aquel que no ha vivido. No ames, Virgilio, no me enseñes a vivir otra vez, que la soledad me arrima.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS