Las calles se abarrotan de personas que van y vienen sin sentido alguno, una enorme ciudad nace en medio del hormigón y humedad que se esparce por toda una tierra que clama ser defendida. Te escribo a ti, que deseas al igual que yo un cambio radical en las sombras.
Nos estamos destruyendo y no podemos hacer nada.
La soledad nos acompaña y el desamparo en un país de injusticia nos pisotea como simples hormigas en un terreno árido.
Deseo que no estés pasando tantas penas como yo, que he sufrido pérdidas imposibles de superar, un hijo que no nació, una madre llena de odio y una sociedad que te corrompe por solo conseguir un trozo de pan.
Espero que no estés encima de un edificio en llamas, observando el cielo gris y clamando por un milagro a un Dios sordo, que no escucha el llanto de un hijo desamparado.
Te escribo a ti, a la persona que anhela un mejor futuro para los suyos, ama, se feliz y disfruta cada momento, y no esperes que todo se venga hacia abajo para que puedas apreciar lo maravilloso de la vida.
Hasta pronto, compañero y amigo. Mi tiempo ha terminado, adiós.
OPINIONES Y COMENTARIOS