Querido amigo: ayer volví a pasar por este lugar, estaba vacío, cambiado, se supone que mejoraron las estructuras y ahora la terraza esta llena de mesas y gente, te extrañara que diga vacío entonces. Pero es que se le borró el espíritu de casa vieja, abandonada y lugar de surf.

No queda nada de lo que conocimos, pasé de ser «local» a ser un extraño. Ya no tenemos espacio los del 73, presagio que estamos de salida no solo de este balcón donde mirábamos horizontes y atardeceres.

El Sol que se hunde ahora somos nosotros.

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