Te escribo como puedo medio agachado, intentando doblar mis dedos rígidos debido al frío gélido, cubriéndome con mi sucio uniforme para evitar que la lluvia empape estás pocas palabras.
No sé si saldré de esta tumba ambientada por la sonata de morteros, ni si quiera sé si llegará esta postal a tus dulces y tersas manos. Lo deseo y ojalá sea así, tiene que llegar este beso de añoranza que impregna la postal. Te quiero.
Postal encontrada sin destinatario ni remitente legible.
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