LA LIBERTAD HIJA, LA LIBERTAD

Querido papá:
Antes de abandonar este mundo me regalaste unas alas preciosas asegurándome el vuelo; aunque también recuerdo tu aliento que apagándose entre susurros dejó caer aquella bomba verbal que enmudeció a quienes la escucharon: <<Vuela y cuando te digan que no existe no lo creas>>.

—¿Que no crea qué?…— y con voz trémula y pausada acabaste aquella mención bíblica : —“La Libertad hija, La Libertad”

Veo ese velo blanco ondeando al viento acercándose, mientras, la lluvia cae parsimoniosa calando la tierra sedienta dejando ese olor a preticor que me distrae. El vestido y el miedo regresan a la vez, no tengo duda que es la muerte que avanza sigilosamente.

Cómo llorabas antes de tu partida; me preguntabas cómo iba a subsistir sin tu ayuda y ahora entiendo esas lágrimas.

—¡Mírala!—dirán con voz candente y encendida—Adán y Eva ya dibujaron el paraíso con ella mordiendo de aquella manzana que marcaría nuestro pecado…

¡Mírala!… dirán otros con la pena dibujada en su rostro, ya no te queda ni un destinatario donde enviar esta postal…

Pero en honor a la verdad, llevo grabada tu frase y deduzco el significado de aquella mención inolvidable …

Atte: Tú hija “La Libertad”