P o r t u g a l

No querer marchar de este paraíso único al sur de Portugal.

Un lugar donde conectar con una manera de vida más simple. Es casi como volver al pasado, a los pequeños poblados con las puertas abiertas y carreteras de polvo.

Valorar lo que ya no está y quizás asustarse de la evolución que ha tomado la nueva era. O la «nueva» España. Llena de todo y, a su vez, de nada útil para el alma.

Aquí se que me quedaría y quizás aprendería idiomas.

Viviría rural, como de antaño.

Quizás aquí encuentre la esencia de vivir, sin tantas prisas y distracciones.

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