Tan rápido como el día de ayer, para mi no ha pasado el
tiempo, mis ocho meses de nacimiento se traducen a cuarenta y
dos años de vida, de mucha salud, de mucha unión familiar,
Dios me ha llenado de sabiduría, de paz de aprender a amar,
de saber que desde mi nacimiento las cosas han pasado así de veloz,
así como una estrella luminosa, gracias madre mía, mamita Fanny
por darme la vida y parir a esta hermosa criatura, de esa postal en
la casa de mi abuelo allá por el año de 1978, lindos recuerdos,
momentos inolvidables que los viví hasta mi pubertad, pero esa
etapa de mi vida es otra historia que contar, otra historia de mi
memoria, otra semblanza plena y a plenitud y dicha entera.
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