Incontables pensamientos se conectan de forma irracional y subjetiva, cuando reescribo nuestra historia para el taller de escritura. Cual material explosivo, irrumpen mil «palabras», condicionando mis latidos. De manera inevitable, aletean sobre mí, se desnudan una a una, mientras se disfrazan para unirse en una batalla asimétrica. Las aclamo! Hay muchas capas en ello y aunque la lectura sea diferente, regresó el tiempo de escribir y -no- pensar en elefantes rosados.

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