Era un día como cualquier otro,Sabrina iba al taller de escritura que era lo que más le apasionaba en el mundo. Debido al bullying que sufría en su colegio, se vió obligada a salirse de su realidad, por ello escribía historias en las que ella era la protagonista y ayudaba a que todos pudieran integrarse al grupo. Encontró su refugio en la escritura. Ella llegaba al taller y dejaba volar su imaginación.
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