Marco miraba al infinito:
- —¿Qué haces?
- —Esperando la inspiración — dijo él.
- —¿Y crees que vendrá?
- —Eso espero — sopló.
- —Siento decirte que no.
- —¿Por qué no?
- —Porque ella sólo acude al que quiere crear.
- —¡Yo quiero crear!
- —Tu página sigue en blanco. Escribe palabras, frases. Lo primero que te venga a la mente aunque no le veas sentido. Ten fe: ella guiará tu escritura.
Hoy recordaba esos momentos en la presentación de su sexta novela. Homenajeaba así, a la inspiración hecha mujer, su profesora.
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