Dudar o no dudar, esa es la cuestión

No saber que hacer es una de las sensaciones más desesperantes que se pueden llegar a sentir. Experimentar en tus carnes que estás más perdido que un pollo sin cabeza puede resultar cuanto menos, FRUSTRANTE. No hay que olvidar que siendo más de seis mil millones de cabezas huecas en este globo terráqueo, solo, solo no estás en esta locura del vivir. Pero cuántos somos los que nos sentimos más perdidos que un pulpo en un garaje preguntáose si esa rueda tan dura y sucia le puede servir de casa, almohada y refugio. Bien, volviendo al tema de sentirse en duda. Me gustaría poner un ejemplo un tanto infantil aunque opino que útil es.

Imaginemos por un momento que estamos conduciendo un tanque grande y pesado, se mueve lentamente y además no podemos llegar a imaginar el combustible que gasta por cada tramo que avanzamos. Ahora, pongamos que este mismo tanque empieza a dar vueltas sobre si mismo. Apuntando hacia arriba y hacia abajo sin ton ni son y por supuesto, disparando a lo loco. En poco tiempo su combustible estará totalmente agotado así como sus balas y quizás andemos hasta mareados ahi dentro. A veces, es necesario sentirse perdido y sin saber hacia donde ir, somos seres humanos, creadores y descubridores por naturaleza. Hemos ido desde el mar más angosto hasta el espacio sideral… Que no querríamos descubrir y conocer. ¿Qué no queremos tocar y saborear? Y ya no hablemos de sentir en nosotros mismos, esas emociones tan buscadas esa adrenalina ese shock en nuestro cerebro que solo se produce al romper algo viejo y renovarse… Ese ALGO. Que todos estamos buscando como locos… Pero, claro asalta la duda, que es ese ALGO y cómo diantres lo encuentro, y si lo encuentro cómo lo atrapo entre mis manos? La cuestión no es quedarse meditativo desgastando energías en dar vueltas siempre a lo mismo… Prueba. Arriésgate a tomar cualquier camino, experimentalo, siéntelo, descubrelo…

#Elaguahayqueprobarlalanzándose