Los libros, desde la infancia, han sido mi devoción. Un misterio fascinante, hasta que aprendí a leer e hicieron vibrar las fibras de mi ser. Cambiaron mi manera de mirar y pararme en la vida. Hubo tiempo que creí, que los autores eran dioses, reflexioné si tienen nombre como yo, son humanos y desde ese discernimiento con nueve años, sueño ser escritora. Estoy en el taller de escritura, dispuesta a entender las claves y dominar la magia literaria.

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