A veces algunas personas desaparecen y tienes que aprender a vivir sin ellas. Vives con la esperanza de que algún día volverán pero no es así. Eso es lo que me pasó hace justo hoy un año. Desapareció de mi vida para comenzar una nueva sin mi, pasó a ser un desconocido más.

Nunca voy a olvidarle totalmente, me dio los trece años mejores de mi vida.

Busqué alguna explicación y al final me decanté por esta: la vida me ha querido demostrar que el ‘todo’ puede acabar siendo un ‘nada’.

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