A veces decir: ¡basta!

no alcanza para saberte libre,

A veces sientes

que te carcomen broncas

de ofensas pasadas.

A veces la rutina te envuelve

y buscas una paz que no existe,

y añoras un abrazo ignorado,

Crees escuchar la palabra

que sanará tu espera,

y otra vez caerás en la nada

de la total impotencia.

Caminas en un mundo tan ajeno,

que hasta los hijos que pariste

pasan a tu lado sin verte,

los que creíste amigos siguen

sin mirar si caminas o caíste.

Y aquel que removió tus horas,

formuló promesas increíbles,

agobió tu cuerpo con abrazos,

canceló tus proyectos por los propios;

despertó muy calmo una mañana.

acomodó su equipaje sin apuro

y gentilmente, sin escándalos,

te avisó que ya no eras parte de su vida.

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