No me cortaron las raíces,
se escuchó entre los escombros.
cómo se preguntó la mar,
cómo se preguntó la cordillera,
cómo se preguntó la luna,
y resolvieron sus dudas al concluir:
las parimos con dolor.
Es que la chasca la tengo porque me crece del vientre,
dijo la india por allá.
Es que con orgullo el viento la arrebata,
una asomaba su voz desde el suelo.
Es que es lo único que crece sin miedo,
sentenció la última moribunda.
Lo llevo suelto y libre,
como un símbolo,
que se enredó silencioso entre la ciudad de gritos,
entre esos edificios que me tapan la vista,
entre esas leyes que me dicen como ser,
se enredó y se enredó en tu cabeza,
para luego apretar y estrangular los cimientos fundados en industrias de humo,
que elevaron basura hasta las galaxias,
tirando su mierda a los hoyos negros,
unos hoyos que tengo,
en los ojos,
unos puntos negros
mirando en color mierda,
y no por el olor,
sino por todo lo que ven.
Mi pelo crece, mis ideas también
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