Dubitativo en una estancia incomoda,
mirando hojas bailar por la ventana.
Extraño poder moverme como ellas.
No aflojan las cadenas.
Envidia quema mis entrañas.
Paredes de hielo muestran mi reflejo,
impiden liberarme, me limitan el aliento.
Muestran el miedo de un ser viejo,
un ser que ya no existe,
para él se paró el tiempo.
Un pasado que me encierra
y a la vez me une a la tierra,
hospeda a mi fantasma,
le respalda y le amamanta.
Llama a la puerta a veces la cordura.
Imposible abrir una ranura,
cuando tratas de escapar
del desamor y su amargura.
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