Mi viaje a la montaña fue uno de los más grandes placeres al permitirme conocerla en su grandeza, en su sabiduría, en su calidez y en su silencio infinito. Al encontrar paz para mi alma y entre la soledad y el vacío me fui fortaleciendo al reencontrarme de nuevo, comprendí que jamás había estado sola y que yo era parte Del Todo.
Al estar en tu vientre y enseñarme el amor que eres al contemplarte entre tantos árboles en perfecta armonia, mi alma se siente libre, se regocija y vuelve a ser lo que siempre ha sido y que solo pude comprender al leerte sin letras solo sintiendo un éxtasis en mi ser.
En este amor infinito puedo decir gracias por la enseñanza que la vida es más de lo que algún día llegue a imaginar, que el hastío, el miedo, la monotonía no hacen parte de mi vida, que al estar junto a ti, me siento plena en todo mi ser gracias mi amada montaña.
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