Cada noche ella reina en el firmamento,

con mil destellos a su alrededor que la coronan,

cobijando el adormilado paisaje de mi pradera,

como cómplice de Orfeo en su tarea.

Ella se refleja en cada espejo de agua.

que le otorgan omnipresencia al culminar la velada,

recibiendo ufana los versos de todos los poetas,

que ven en la misma, su musa de inspiración primera.

Así eres tú cuando me quieres, cuando a mi lado,

rebalsas mi vaso de cariño, de besos con sabor a sandía fresca,

con tu cuerpo que me obsequia las caricias de su nívea piel apasionada.

Pero hoy…hoy no eres como la luna que describo,

eres la que se esconde detrás de un velo ennegrecido,

desatando sin piedad una tormenta embravecida,

que mezcla sus furiosas aguas con mi lágrima vencida.

Luna, Mujer, Sentada, Orilla, Reflejo, Noche, Nubes

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