La llegada del galeno solo diagnostico las causas de su muerte y la del fiscal para el levantamiento del cadáver, la residencia de la Señora Nalia y Don Alvarado dueños de los cuartos quienes viven al frente del interfecto todavía no podía asimilar la tragedia, mientras el asesino en la oscuridad de la noche se fuma un cigarrillo en alguna parte del Barrio de Santa Rosa, su audacia para escabullirse es arriesgado por sus geniales acrobacia del experimentado, se podría desquitar en cualquier momento, entiendo que algunos doctores atribuyen a ese emisor de cobardía, y para pensar de aquello pues en silencio suscitaba sus insignificantes impulsos de timar en el condominio donde reside no teniendo autoridad, los propietarios sabían del precedente de haber estado hace largos años en el Penal de Cachiche, su baja autoestima de sentirse inferior le jugaba una mala pasada si alguno lo encaraba despertando su neurótica manera de irrumpir en el domicilio, prueba fehaciente en la búsqueda del infractor en el parricidio; Fraud en boca del psicólogo Rodriguez la megalomania y ludopatia alude al trastorno mental desde la niñez, por desaparecer cosas sin darle un valor, quedándose como trofeo en su lecho, produciendo una espesa búsqueda de encontrar al victimario en esta pequeña esfera llamada ciudad de Ica en el sur del Perú.
Desde el portón negro en una moto taxi desciende “la loba de la televisión”, una mujer delgada, piel blanca, cintura bien alineada, cabello recogido color castaño, ojitos café, nariz achatada atrapaban al entrevistado haciéndoles delirar de temor, escaseaba en su rostro algún tinte pagano, alabada por sus colegas, incorruptible, únicamente amante del periodismo en su modesto programa en el canal de la calle Bolívar, desde que se inició había recibido múltiples estudiantes solo pocos se quedaron, pero uno fue el más avezado recibiendo halagos a su esfuerzo, justamente fue el elegido para acompañarla en esta travesía, Lepillo Mamani Flores así se llama su súbdito, se involucró desde que era tan solo un practicante, actualmente egresado de la Escuela de Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Luis Gonzaga, natural de Andamarca pueblito maravilloso del departamento de Ayacucho.
Sin desviarme de la explicación como muchos para hacer un buen reportero en este trabajo informativo debía ser muy minucioso, detallando al milímetro los sucesos; Si hablamos un poquito del talentoso, su participación se debe que antes de entrar a la etapa de adolescente, la literatura, el gusto por la escritura y la lectura junto a su curiosidad de ser muy organizado hasta para preguntar con una seguridad lo hizo perseverante, su padre lo incentivo a que sea profesor de secundaria en esa rama del cual su elección a la comunicación pudo más, significando ser un laico acérrimo del oficio, se ganó un lugar en el periodismo iqueño y para la imagen de la veteranía que se le caracterizaba a María Millaquez cuyo apelativo es nombrado al comienzo del anterior a este párrafo, sabemos que los estudiantes no tienen en su mayoría catedráticos de la materia que la curricula académica antecede en la facultad, no juzgo la sapiencia de los mismos sino la carencia del orden académico en el dictado en las aulas que ahora tengo entendido se está forjando en dar pantalla para el bien no solo de la profesión sino de la casa de estudios.
Entonces el adepto con el celular en modo grabadora hacia los vecinos y amigos del occiso comenzó a hacer sus preguntas; El señor Rojas el primero en estar en el lugar según su alegato no venía seguido a su cuarto, justo arribo hace unos segundos, por lo que sorprendido sin creerlo explicaba conocerlo cada vez que salía a asear su ropa los fines de semana, contaba el interrogado las historias de sus viajes como camionero, entretanto comentó apenado sobre el finado su gusto por las travesías en cualquier tipo de vehículo de dos o cuatro ruedas disparando chistes, fotografiando paisajes, escribiendo su viejo diario, la víctima no tenía conflicto con nadie, tenía un buen sentido del humor, justamente el boletín personal según los policías no lo hallaron, luego prosiguió con la señora de las medicinas, Mirtha, inquilina de treinta años, madre soltera del segundo nivel, no quiso hablar, justo su papá le vino a visitar desde Cajamarca, al ver el silencio prematuro de su retoña, declaro escuchar un pego absorto en el suelo del primer nivel, no salió por temor a su vida ya que pensó que unos ladrones habían incursionado al recinto, si salió fue al grito de auxilio de Prusiano, donde se puso en contacto con emergencias, y justamente ya estaban en camino, sorprendido porque antes debieron telefonear, el ultimo sondeado negó su acción, suponiendo que alguien de afuera lo hizo, si cuando se amontonaron los vecinos de la cuadra ninguno quiso dar su testimonio el tema era un enredo que se tenía que esclarecer, la señora de las medicinas dejo un sobre en las manos de Mamani que resultaría solo su declaración de amor hacia ella por la víctima, no siendo prueba del suceso sino parte de un armado de su existencia; El siguiente era el inolvidable Carlos Lemos, el mejor amigo del hermano del finado, no estuvo presente en la hora de lo ocurrido, su versión fue haber ido a pasear con sus hijas, indujo verlo la última vez en la azotea mirando el cielo, no repercutió, desbordó del recinto en ese instante y el ultimo Prusiano Valverde el gran vendedor de servicios de cable, a quien el papá de Mirtha sospechaba al oír sus gritos de fingido, estuvo estirado en su recamara en el segundo nivel mirando su teléfono en ese momento, no escucho gritos, solo un fuerte golpe en el piso de abajo, por tanto salió apresurado y al bajar la vista se dio con una mujer baja, el primer nivel estaba oscuro desde una rectángula y larga abertura enrejada hasta la fachada del siguiente domicilio despavorido auxilió a la señora, y se percató al acercarse quien sería la madre de Remigio.
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