De altura
Siempre buscando a alguien a la altura
y al final la que no está a la altura soy yo.
Y qué es vivir
Trabajar callado
Escuchar quejidos
Observar un nuevo peinado
Decidir qué vestido
Hastiar un camino
Imaginar otro bando
Soportar una réplica
Apartar un chantaje
Sobornar una caricia
Amonestar a un maleducado
Reunir fuerzas
Salir airado
Pedalear lento
Conquistar a un extraño
Reír de vez en cuando
Exprimir una alegría
Dejar los remilgos
Soltar las alas
Izar un trapo
Quitar el polvo
Echar otro
Bordear el mar
Tocar el cielo
Dibujar la luna
Tirar un pedo
Petar un grano
Meter un dedo
O dos
Dime, y qué es vivir
Tanto sufrir
Mis amigas también sufren por un mal canto por un mal taconazo por un mal menor.
Mis amigas también sufren por ser demasiado buenas o demasiado malas.
También las corrompe la idea de salir corriendo y dejarlo todo, incluidos a sus hijos esos que tanto les costó tener, a algunas, y esos que llegaron demasiado pronto, a otras.
Mis amigas también sufren al pensar en otra pareja para ellas, en alguien más distinguido o más pasota o menos guarro. Y las que no tienen pareja, sufren también.
Mis amigas también sufren una soledad repentina, inesperada. Incluso la que tanto han esperado, la sufren igual.
Mis amigas sufren por sus padres, por sus hermanos, por sus hijos, por sus perros. Por lo que tienen y por lo que no tienen.
Mis amigas también sufren y tampoco lo dicen, o un día te sueltan lo mucho que han sufrido y te llevas parte de ese sufrimiento, lo haces tuyo y sufres por no haber sufrido con ellas.
Mis amigas también sufren por no estar a la altura, por ir demasiado arregladas o demasiado desaliñadas, por llevar el pelo corto o largo, por pensar así o asá.
Mis amigas sufren por todo, también por mí, que sufro por ellas.
Días de feria
Cuando duermo poco te necesito aún más, se me hace más larga
la espera y es como si paseara por una feria de pueblo con una
nube de azúcar en la mano. Y fuera una niña correteando con
otras niñas delante de nuestras madres. Cuando duermo poco
estoy como más dulce, como con una sonrisa dormida en los
labios y legañas aún pegadas a los ojos. Cuando duermo poco me
apetece volver a la cama contigo y que me abraces muy fuerte,
como si me hubiese caído de una atracción y llorase
desconsolada. Cuando duermo poco vuelvo a creer en los cuentos
que me leían de pequeña, los de príncipes que rescatan a
princesas, los que tanto daño han hecho a todas las niñas de las
ferias de todos los pueblos. Cuando duermo poco quiero decirte
que te quiero. Quizás porque le robas horas a mi sueño.
Negra noche
Qué lejos me parece el camino al sueño cuando tú no me guardas.
Sutiles diferencias
Un micro relato es como un escupitajo
Una novela es una baba que no cesa
Un cuento un moco tendido
Un poema una legaña que no se despega
Cada uno tiene su momento
Y todos sacan algo en bruto de ti
Para pasarlo a limpio ante los demás
Caracol sin antenas
Yo de pequeña no comía
y mi madre fue llamada al director
se hizo una reunión en casa
y mi hermana fue nombrada delegada
cada comida era una fiesta
pelucas chistes aviones
cada día una excursión
nadar esquiar bailar
mi apetito le importaba
tanto como las trenzas en mi pelo
compartimos habitación durante años
leí su diario de cuadrícula
supe de sus novios y sus males
un invierno entró en un caparazón
para no asomar ni las antenas
ahora dice que allí está caliente
que no pasa hambre
a veces se siente incómoda
vive enroscada
y eso a los músculos no les va muy bien
aún así sonríe a menudo
se ha creado un paisaje a su medida
incluso hay estrellas y una luna que brilla
yo echo de menos a mi hermana mayor
porque ahora es más pequeña que yo
Un poco más sola
Te veo en la sonrisa de una foto mía
Dicen que el primer año es el más duro
Digo que sí
Pienso que no
El primer año es el shock, el desaparecer, el buscar, luchar, gritar
Los que vendrán son el remanso de la verdadera ausencia
Cuando entiendes que va en serio, que no volverá
Que esa piel jamás la volverás a tocar
Que esa risa jamás la volverás a escuchar
Que su pena ya jamás la podrás sanar
El primer año es un grito
El resto son aullidos apagados
Algunos silenciosos
Todos inconstantes
Que te recuerdan, de golpe, que ya no tienes hermana
Que estás un poco más sola
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