Quizás en lo más alto mis ojos puedan verte.

Tal vez la luna se refleje en tus labios

Puede ser que un ángel me susurré al oído.

Quizás sólo quizás pueda alcanzar tu mano y el leve roce de tu piel castigue mi avaricia, mis deseos más profundos.

Tal vez en mi recuerdo te besé y tal vez también te olvide, pero limpias mis manos, limpia mi alma, me arrojo sobre tu piel queriendo pegarte a la mía cuál lacre envidioso fuera.

Tal vez te bese, tal vez te lloré, pero llorar o no, no es afán de los dioses, pues estos parecen querer jugar con mi tormento, con mi ansia y mi deseo.

Vivo en mi propio infierno y en mi propio cielo.

Mi alma enloquece al verte y mis sentidos enfurecen.

Elevas mi alma como si de una corona de espinas se tratase al más oscuro antro, al más bello cielo. No logro más afán que tus labios, que tú roce.

Tú y yo unidos por un lazo invisible, que me eleva y exalta mis sentidos, mis deseos más ocultos.

Profana mis pensamientos y enturbia mi mente dejando mi alma desnuda e indefensa ante ti.

Quizás te bese, quizás te ame, y quizás te olvide pero sólo un instante, efímero, lejano…

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