por la poca felicidad que te puedo ocasionar

quiero pensar

que no es misera mi existencia

sin tener en cuenta de que me quiero engañar

Y excusarme, con la amplitud que aveces alcanza, es que alcanza la amplitud del mar, tu sonrisa inestable.

relampaguean tus ideas y en la multitud de ellas, de mi estela transparente solo queda como quedan las secuelas finas en un montón de arena, Se desvanecen.

Quisiera causar tu escasa lluvia, agobiarte en madrugadas frías, que estés helado. Quiero olvidar que me sumergí en arenas movedizas solo para mantener pulida la zuela de tus zapatos.

Ella está en tu mirada, en tus ojos cafés aunque digas que me amas.

Solo soy un punto y tu un cuaderno cuadriculado asombrado por sus curvas

Y yo me asombro cuando se vienen en llanto de una manera exagerada todas mis culpas.

Es que tus ojos se vuelven tan grandes cuando ella los domina, odio verlo

Nunca había escrito algo vuelta una cascada de incertidumbre, sintiéndome menos mujer. Tu elejiste destruirme, tu que con esos mismos ojos que se mueren por ella me rogaste, me rogaste amor, soy un residuo que espera con ansias su destino, y no por gusto, solo no quiero pensar que esos ojos cafés siguen siendo míos, recuerda que me los regalaste aquellos días que parecíamos felices y no querías ser solo mi amigo

Y con la sinceridad que decían tener tus palabras… me olvidé de mi, y concentre toda mi atención en tus numerosas virtudes, no tuve en cuenta las cosas que no eran tan buenas, las mismas cosas que me asotan. soy un arbol de raíces cortas, ahora que te di la magnitud de mis fuerzas para que encontraras tu dirección, lo hiciste, aunque sea ella a quién apunte esa flecha.

soy un número que se extravió en la infinidad… en el cronómetro que marca tu pasado aunque todos los días no notes, no notes que sigo a tu lado.

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