Y al final solo una caja

Y al final solo una caja

Y al final solo una caja

Y al final solo una caja, no importa si pino basto,

si ébano o si caoba, aluminio o triste plástico,

realmente eso no importa, caja de fruta o pescado,

es tan solo un recipiente, un tupperware para humanos.

Y en la caja solo un cuerpo comido por los gusanos,

acompañado de nada, tanto acaparar en vano,

ni riquezas ni valores ni tan siquiera retazos

de lo trabajado en vida, eso no ocupa este espacio.

Lo que dejas no lo llevas, las copas con los amigos,

las buenas noches de sexo, las fantásticas de abrazos,

ese buscarte en sus ojos hasta llorar de mirarlos,

las añoranzas de ausencias, abandonado en sus manos.

Y ahora tan solo en la caja, carne, vísceras y huesos,

tristes vestigios de humano, de compaña horas perdidas,

tardes mirando pantallas, noches abrazando ausencias,

ausencias llenas de miedos, tiempo perdido, eso es cierto.

Y todo lo dejas fuera, tu alma es recuerdos para otros,

la sonrisa que provocas al recordar tu presencia,

el cariño que sembraste da sentido a tu existencia,

alzan la copa y sonríen con el dolor de tu ausencia.

Pero aún la caja está lejos, vive, bebe, jode, ama,

haz feliz a quien te quiere, quiere a quien feliz te haga,

aparta a quien te incomode, siembra solo por sembrar,

piensa que como equipaje no te vas a llevar nada.

Porque al final en la caja nada de eso te acompaña,

ya que todo lo importante se quedará en tu alma,

y tu alma en la memoria de los que en verdad te aman,

tu familia, tus amigos, tus amantes, tus amadas.

Acumulando riquezas, bienes, poder, experiencias,

apostar contra la banca no es una decisión buena,

pues la banca gana siempre y a la caja te condena,

y aun cuando creas que ganas es la banca quien progresa.

Así que vive, acumula, no materiales riquezas,

no pierdas tiempo en quejarte, tomate un vino y conversa,

haz el amor cuanto puedas, escucha, mira, habla, observa,

se feliz y trata luego que lo sea quien aprecias.

Porque al final, recuerda, no te vas a llevar nada,

y la única riqueza que heredaran quien tú dejes

será el recuerdo de un beso, de una mano, de una charla,

de una noche de buen sexo, de un abrazo, una mirada.

Y al final solo en la caja, no importa si pino basto,

si ébano o si caoba, aluminio o triste plástico,

porque tú vas a estar solo, sin tristezas ni alegrías,

sin sentir, sin padecer, putrefacción e inmundicias.

Y fuera gente, familia, amigos, recuerdos, vidas,

besos dados, recibidos, experiencias compartidas,

silencios, bailes, caricias, susurros, gritos, sonrisas,

eso va a ser lo que dejes, lo demás… todo mentira.

Vicente Cora

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