Desde el vientre ve cómo ella se alista para el nacimiento y teje flores en las batitas de algodón.
Oye el ulular del viento que viene desde afuera y el canto de las ramas que puebla de risa el lugar. Feliz, da pataditas en el matriz y danza en un líquido blanco al ritmo de una canción que la mujer tatarea con la boca cerrada.
Cuando la mujer deja el lugar, sucede algo que lo cambia todo: la niña ve espantada cómo la siguen coágulos rojos y tejidos que se desparraman por el piso.
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