VIAJE AL PASADO

Estaba emocionado. Primera vez que viajaba de Bogotá a Paris, me levante a 5 de la mañana para ir al aeropuerto. A las 4 de la tarde despego la aeronave, aterrizo en el aeropuerto Charles de Degaulle a las 5 de la mañana, no pude dormir en el vuelo. Cuando salí del avión me llevaron con el grupo de pasajeros colombianos a un salón. Un gendarme de bigote y uniforme de color oscuro nos dio la bienvenida y dijo:

-“Vamos a esculcar solamente un equipaje y si encontramos estupefacientes, ustedes van directo a la cárcel”.

Miro la cara a cada uno de los pasajeros y a lo último ordeno esculcar un equipaje, rompieron la maleta y revisaron todo, estábamos asustados. No encontraron ningún estupefaciente. Nos llevaron a un bus y al hotel. Llegue cansado y con sueño, quería dormir un rato, perola orden era dejar las maletas en un salón y subir de nuevo al bus para ir al museo del Louvre, llegamos al museo a las 10 de la mañana nos pusieron en fila para ver la pintura de la Monalisa de Leonardo Da Vinci, yo me escape y subí al segundo piso para ver objetos antiguos de Egipto y Sumeria, llamándome la atención unas pilas de 5.000 años de antigüedad que producen electricidad y un sello dinástico con la figura de un escorpión encontrado en la tumba de Abydos, baje para informar a mi grupo pero no los vi, pregunte a un guía, me dijo “se fueron al Palacio de Versalles”. Salí del museo compre un mapa de Paris y me perdí, camine del museo a la bastilla, de ahí al campo de Marte, a la torre de Eiffel y al arco del triunfo, escuche unas campanas llamando a misa, escuche en español:

-“Te invito a entrar a la catedral de Nuestra Señora de Paris y te guió a la salida al hotel”.

Inmediatamente mire a los lados para saber quién me hablaba, no vi a nadie, pensé será un aparato que se comunica con la mente, una comunicación telepática o un espíritu, Me dijo:

-“Yo soy Selkis una forma de manifestarse la diosa Isis la inteligencia soberana, guardiana de la puerta de entrada o acceso del otro mundo conocida desde tiempos predinásticos, mi sello con la figura de un escorpión pertenece a los siete escorpiones de Isis,lo viste en las antigüedades de Egipto”.

Mire a la derecha a lo lejos la hermosa catedral gótica con sus gárgolas o demonios expulsados. Fui a la catedral subí las escaleras, estaba empezando la misa, escuche un órgano tocando a Haendel y un coro celestial, me llevaron a estados superiores de conciencia quede extasiado, la sabiduría que poseían los miembros de una pequeña casta de sacerdotes e iniciados y donde albañiles medievales trabajaron simbólicamente codificando conocimientos secretos, que se remontaba al antiguo Egipto, la alquimia que es la búsqueda mística de la iluminación y que la transmutación de los metales no es más que un subproducto de las mismas, observe en las vidrieras de colores; la geometría de la catedral me lleno de admiración mirar las bóvedas, las naves, la amplitud de proporciones y la belleza de ejecución la hacen una obra original de incomparable armonía, los libros lapidarios tienen sus letras esculpidas frases en bajo relieves y pensamientos en ojivas de nuestros antepasados me invitaron a la oración y a la meditación. Me sentí traslado a otra época, gente con ropa antigua le pregunte a Isis.

“¿Que pasa?”.

Me contesto:

– “Hoy es 2 de diciembre de 1804;están coronando Napoleón 1, por el Papa Pio VII como emperador de los franceses, el Cardenal Fesh está presentando al emperador el libro de los Evangelios”, Vi mucha gente dentro y fuera de la catedral, escuche una bella música, el emperador y la emperatriz y su comitiva elegantemente vestidos atravesaron la nave con todo el cortejo imperial sentándose en el trono cuando el papa hubo entronizado al Emperador diciendo las palabras:»Vivat imperator inaeternum».

Napoleón cogió la corona que tenía el papa en las manos y se la puso, pronuncio el juramento imperial desde su trono, con una voz tan firme sobre todo aquellas en que se comprometió a emplear todo su poder por la dicha y gloria de los franceses. Desde ese instante se escucharon los gritos de “viva El Emperador”. Se cantó el tedeum y se terminó la misa. El emperador salió con su séquito de la catedral y el papa se quedó un cuarto de hora orando, retirándose después. Salí de la Catedral vi la ciudad distinta habían decorado las fachadas de sus casa con colgaduras y adornos de papel, guirnaldas de ramas de tejo y festones de flores artificiales. Sentí agua en mi cara y me desperté, estaba tendido en el piso, una señora me ayudo a levantarme asombrado de mi viaje al pasado y había regresado a la época actual y me fui al hotel.

Víctor Bedoya.

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