Lunes

Contigo quería hablar, pero como los Directores no vamos a estar puedes cogerte unas vacaciones desde ya.

-muy bien, pero no tengo nada preparado y…

-mujer, vete a la playa

-es que es bastante caro y…

-no te conviene quitarte de estas cosas, como no vamos a estar… , como si no tuviera nada que hacer pensó torciendo el gesto…

¿por qué hay gente en cargos que se expresan como si vivieran en la huerta murciana?

*(con esos pensamientos no vas a ningún lado) (lo sé)*

Desde hacia tiempo hablaba con diálogos consigo misma, y no era buen síntoma, la vejez acechaba y la soledad era un hecho desde hacia ya un lustro.

Se encontró, al volver a su despacho, con el dilema de tener una semana de vacaciones, la nevera llena y ofertas sangrantes en un catálogo del corte ingles para mayores de 55 años.

Cada viaje interesante que veía estaba penalizado en letra pequeña por la coletilla «suplemento individual 360€» Esto no ayudaba.

Empezó a mirar páginas de viajeras solas, y resulta que los viajes eran lejisimos, a destinos paradisíacos, en julio o agosto y para millonarias, encima no incluían los vuelos, tenías que buscarte tú la vida… Si tuviera tanto dinero unas narices iba a estar tan sola, es más me iba a importar tres narices estar sola, pensó.

El dinero hace mucho en la felicidad y si lo tienes es más fácil tener amistad, y retaba a cualquiera que se pasara por sus pensamientos a demostrar lo contrario.

En su cabeza aparecieron mil obstáculos… antes la excusa para no viajar era su perrita pero ya hacia 6 meses que no estaba con ella.

Martes

Como el día anterior lo pasó un poco angustiada, trato de seguir buscando una alternativa a la dichosa semana de vacaciones, era la próxima semana y aún no sabia que hacer.

Todo era un mundo, los aviones salían demasiado temprano, no encontraba tren de vuelta… y cuando por fin encontró un hotel de playa baratisimo y la posibilidad de viajar en bus… fue incapaz de dar a la tecla RESERVAR.

Se dio de bruces con la realidad, tenía miedo.

Empezó a comentar con alguna compañera de trabajo, todas tenían planes, a su pueblo, a Hamburgo, a Badajoz… y sintió una punzada de dolor en el estomago.

Consejos, a la gente se le da de miedo dar consejos, tuvo que aguantar un rato.

-Mujé vete a la playa, y así descansas… (otra vez)

Descansar… para mi la vacaciones eran un reto pero no podían darse cuenta.

Quitarme la fobia a conducir por la carretera, se me hacía un plan de terror.

Venga, 17 km a IKEA que tu puedes…

Sabía que eso sería un viaje para ella y la felicidad completa. Pero también que era imposible, casi imposible. Siempre había sido optimista. Pero era incapaz de cruzar el nudo de Manoteras. Era terror lo que sentía y no podía ir a más de 70 km por hora.

Los pensamientos

¿Y si se me rompen los radiadores?; y hay que ver que mal tengo la encimera de la cocina… y todos los recibos que tengo que pagar…

El mar… como me gustaría ver de nuevo el mar.

Años sin ver la playa.

Pero ¿gastarse 600€ tirando por lo cutre para ver Barcelona? y sin cenar la mayor parte de los días… más el transporte y vivir…

Pero, la playa, pasear por Barcelona… a ver en Booking… en Trivago… en leches!! qué caro!!

La masificación.

Veía historias de instagram de una pareja de crucero… riendo y bebiendo cócteles exóticos, visitando Santorini, ellos y miles de personas más. En un barco lleno de gente.

¿dónde se iba a meter toda esa gente si el jacuzzi era enano?

*(habrá más, que no te enteras) *

Pero, ¿toda la gente haciendo lo mismo al mismo tiempo?

Sabía que la angustia y el ansia le comerían viva, no hay triptofano que pueda con un viaje placentero en un crucero masificado.

Le entró una angustia en el estomago (otra vez), se vio rodeada de gente preguntándole por qué viajaba sola y teniendo que contar 800 veces lo primero que se le ocurriera, lo más seguro es que sería mentira, sería la pieza que sobraba y la colocarían en la mesa con los niños, que bien pensado no estaría nada mal.

Se imaginó el buffet libre como una bacanal del salchichón y los langostinos pero con mantel de tela, camareros socarrones y amables.

Miércoles

Qué difícil era viajar.

Estaría mejor en casa, intentando ir a Ikea para al final no poder por h o por b.

Estaría mejor en casa, arreglando y limpiando, quizá en la piscina municipal. Esa que está masificada, que hay ladrones, que está fría como un tempano… y que la aburría mortalmente.

Seguro que no la cabía ninguno de los bañadores que se compró hace dos veranos, cuando pesaba 5 kilos menos…

Tenía que adelgazar, seguro que así saldría más y se atrevería con excursiones de senderismo más difíciles…, ahora iba con la lengua fuera y en las caminatas facilonas.

Hay que reconocer que no ha tenido suerte con la gente que ha ido conociendo estos últimos años en las excursiones, eran más raros que ella y ya es decir… por no hablar de las recien separadas con fobia a las parejas del autocar… algún día tendría que escribir un relato con esos personajes que iba conociendo.

Jueves

Estaría mejor en casa, sin madrugar, con los pasos de tacón de la vecina de arriba, con el programa de cotilleos, con los ejercicios de Patry Jordan… sola.

Tenía ganas de llorar y no podía.

Se sentía impotente. Ella que había pasado por mil situaciones vitales que le habían hecho tanto daño, que luchaba a veces sin sentido… sólo tenía ganas de llorar, de que alguien la abrazara, de que la comprendiera, pero sabía que eso era imposible.

Solo estaba ella frente a una semana de vacaciones.

Viernes

En cuanto decidió no viajar se sintió en paz.

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