los trabajos y la incertidumbre

los trabajos y la incertidumbre

Diego

03/06/2019

tenía un poco más de treinta años

y acababa de volver del exilio autoimpuesto

cuando me reencontré con el viejo

*

me estaba costando conseguir un trabajo oportuno

y mi viejo necesitaba ayuda porque el trabajo

se le hacía más duro con cada cosecha que recogía

*

no teníamos muchas alternativas

aunque nos desconcertara

tenernos como compañeros de tareas

*

yo había tenido muchos trabajos

y había perdido la mayoría

*

todavía me costaba un poco

entender mi relación con el trabajo

*

él había nacido trabajando en la finca de su viejo

y no había hecho otra cosa más que labrar

esa tierra durante más de cuarenta años

*

sobre esa tierra, un día, creí poder entender

mi relación con el trabajo y lo que me pasaba

*

algunos de los inconvenientes que tenía eran: no creer en el trabajo,

confundir la repulsión con el desgano,

y que se me hacía difícil llevarlo con naturalidad

(y decirlo sin culpa)

*

aunque había intentado con todas mis fuerzas

ser un trabajador pragmático y optimista

para cumplir con las labores con alegría,

apenas había logrado ser etiquetado como eficaz

*

solía tener un pensamiento recurrente

cuando el que el viejo y yo parábamos

en el restaurante que está en la estación de servicio de la 40

*

mientras comíamos el menú del día:

sentía que tenía que decirle algo y no me atrevía

*

era difícil decirle al viejo,

un tipo que ha dejado el sesenta por ciento de sus horas

y el cuarenta por ciento de su salud haciendo su trabajo,

lo que pensaba sobre eso

*

sentía que no podía mirarlo a los ojos

mirar esas manos que descansaban sobre la mesa

con sus cientos de heridas cicatrizadas

y simplemente decir: no creo en el trabajo

*

soltar esa frase queriendo decir en realidad

que no creía en el trabajo duro

*

que no creía en valores añejos

como el Sacrificio, la Hombría o el Deber

que no creía en Dios, en la Bandera,

en casi ninguno de los sustantivos que empezaban con mayúsculas

ni en las miradas que me devolvían los Héroes

de las fotos que empapelaban las paredes de su casa

*

aunque estaba tan nervioso como

en un primer día de trabajo

lo decía de una vez, que para eso

existe la libertad de pensamiento

*

el viejo me observaba por un rato

después miraba hacia la ventana

y sus ojos se perdían en los viñedos

*

le daba un sorbo a su vaso de vino,

me miraba a los ojos y decía:

nosotros trabajamos porque nos entretiene,

la rutina nos da placer

nos da acceso a pequeños y estúpidos deleites nocturnos

*

nosotros inventamos la felicidad

*

ustedes, en cambio, están dispuestos

a malgastar sus vidas haciendo cosas inútiles

*

me gustaría que algún día pensaras

en la posibilidad de que seamos

las dos caras de una misma moneda

*

y de que esa moneda

se llame nihilismo

* * * * *

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