Es apasionante compartir momentos en tierras lejanas, jamás he logrado utilizar pasaporte y alejarme.
Si la vida me permitiera, visitaría España, los viñedos, sus campos y playas, me recrean la imaginación.
Pero hay un viaje inalcanzable, mítico, tenebrosamente triste e insólito, donde nuestra inteligencia tendría continuidad, al que podríamos llegar a paliar la adversidad. Sí, lo he imaginado y creo que no soy la única.
Un lugar que algunos hemos soñado.
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