Por fin es sábado

Por fin es sábado

Atalanta💫

18/05/2019

Por fin es sábado, uno de esos sábados de invierno en los que es un placer levantarse tarde, lavarse la cara pasándote un dedo mojado en el grifo por cada ojo, recogerse el pelo con una goma y salir al rellano a por el periódico. Mientras toda la casa huele a café recién hecho, que no puedes probar porque tienes la tensión alta.

Un delicioso roibos con leche de soja y stevia te vale.

En el periódico buscas algo que te permita seguir con el positivismo que te embarga.

Según vas pasando páginas, el buen rollo va desapareciendo: políticos corruptos, desalojos, víctimas de violencia de género, ataques xenófobos. Una noticia llama tu atención:

“Al lado de la estatua de la maja de Botero, en el paseo de la Castellana, ha aparecido un cadáver. Se trata de un hombre, elegantemente vestido. El fajín de su esmoquin estaba empapado de sangre coagulada procedente de una fina herida, producida, presuntamente, por un abrecartas de plata que se encontró en el suelo al lado del cuerpo”.

Debajo hay una foto del finado.

¡Coño! Ese tío es tu jefe, Críspulo Cortina (C.C.). Te tiras el roibos enterito en el pijama de franela. En la escuela, se rumoreaba, que estaba en París con su última conquista.

Te decides a llamar a Mario Chico, un noviete que tuviste en el instituto, trabaja en ’Toda la verdad’, el periódico en el que has leído la noticia. Tras los saludos pertinentes, le dices que conoces al muerto.

—No jodas ¿que conoces a ese tío? pues tenemos que hablar. Te invito a comer. A las dos en el Dante. ¡Chao Dulcinea!

Te llama así desde que hicisteis en el instituto “Versión libre del Quijote”. Menuda se armó cuando al final de la representación, Mario que hacía de don Quijote se quedó en pelotas y con su desparpajo habitual pronunció la frase: “La libertad, Sancho, es el don más precioso que a los hombres dieron los cielos”. Le expulsaron tres semanas de clase. Ese día te enamoraste de él.

Optas por unos vaqueros y un jersey de cuello alto azul como tus ojos.

El Dante está muy cambiado, hacía más de cinco años que no ibas por allí. No puedes creer que no tengan cerveza Mahou. ¡Por Dios, es el Dante! El camarero, un chino vestido de negro con una cinta en el pelo, se disculpa.

Cuándo llega Mario, te saluda con un morreo y un abrazo largo. ¡Qué bien huele!

—Paco, tráenos dos Cibeles bien frías –le dice al chino sonriendo.

Mario te susurra que estáis ante un tema de importancia vital, necesita que le cuentes todo lo que sabes de tu jefe.

Hay poco que contar: El día que le conociste te pareció un tipo raro, no sólo por su forma de vestir, llevaba un traje de cheviot gris igual al de la foto de familia de tu tatarabuelo, también por su forma de hablar, en un par de ocasiones te llamo «doncella» pero sobre todo por su costumbre de esnifar unos polvos blancos que sacó de un cajita de plata. Pensabas que era coca pero era rape. Luego, escribió en una especie de pergamino tus datos, con una pluma que mojó en un tintero. Lo más chocante fue que sólo te hizo una pregunta:

—Delicada doncella, ¿Por qué quiere dar clase de simbología? Sea franca conmigo, se lo ruego.

Sus ojos color miel te taladraban. Pensaste contarle todo el discurso que habías preparado para que te contratase, pero sólo le dijiste:

—Necesito trabajar. Se me acumulan las facturas.

—Recuerde joven que oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas. -te dijo él en ese lenguaje suyo.

Entonces con su delicada pluma firmó un cheque:

—Aquí tiene un adelanto. Empieza mañana.

De esto hacía tres meses. En ese tiempo habíais coincidido un par de veces en el servicio unisex de la escuela. El se retocaba el cuidado bigote mientras tú, intentabas domar tu flequillo, aunque ambos sabíais que su bigote y tu flequillo tenían vida propia.

Después Mario te contó lo que sabía de C.C. En el registro de su casa habían hallado varias primeras ediciones de libros de grandes autores de la literatura del siglo XVII.

También encontraron un incunable del siglo XV titulado «Esto de Morirse los enamorados es cosa de risa» , en este libro procedente de Alemania, aparecen hechos y personajes recogidos posteriormente en el Quijote.

Mario sospecha que han sido los servicios secretos españoles los encargados de encubrir el hallazgo de C.C. Sería un escándalo si el mundo supiera que el Quijote se escribió mucho antes de que naciera Cervantes.

Tú por tu parte tienes sentimientos encontrados. Por un lado, te apena la muerte de tu jefe, por él y por ti, si cierran la escuela te quedas otra vez sin trabajo. Lo del Quijote, si sale a la luz, va a ser una bomba.

Pero todos estos pensamientos se desvanecen cómo el humo, Mario está frente a ti, escuchas su voz, observas el brillo de sus ojos, admiras el hoyuelo de su barbilla y con todo tu ser deseas que no acabe nunca este maravilloso sábado de invierno.

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