Bihotza

Estoy aquí, a tu lado, siempre junto a ti, sin descansos.

Suelo amanecer temprano, aunque reconozco que me gusta tomarme mi tiempo por las mañanas.

El desayuno diario no es tan sosegado como cuando hay un día de fiesta por delante, pero mi jornada siempre empieza igual: Con un buen vaso de leche calentita y el sabor único del cola cao.

En mis 38 años de trabajo, nunca ha faltado el cola cao de las mañanas.

Las buenas costumbres no deben perderse.

Y sigo aquí, al pie del cañón. De un tiempo a ésta parte se me acumula el trabajo. Le doy vueltas, descanso, disfruto con alguna actividad al aire libre, pero…al llegar a casa, vuelvo a dar vueltas en bucle.

Mírate, estoy aquí, no temas. No estás sóla, te acompaño en cada minuto de tu vida, desde que naciste. Y te acompañaré hasta que quieras irte, hasta que tu tiempo se agote.

Ése día dejaré de acompañarte y dejaré de trabajar… para siempre.

No tengas prisa. Juntos tenemos muchas cosas que hacer. Muchos lugares que descubrir y muchos abrazos que sentir.

Sé que últimamente te cuesta dar un paso, que tu sonrisa es forzada pero… Eh! Recuerda que no estás sóla, que sigo trabajando duramente para que tu vida sea la mejor.

Soy yo, ése pequeño músculo que vibra en tu interior.

Tu corazón es quien te habla, tu corazón es quien te llama, para que sientas que camino junto a ti.

Bihotza me llamas, maitia también a veces…

Bihotza me dices….

Sí aquí estoy, contigo… desde el principio hasta el final. En un trabajo que no cesa, que se activa y descansa a tu ritmo.

No pares, no hagas que ésto pare. Sigue sintiendo mis pasos cada segundo. Soy fuerte, tengo ganas de seguir y tener un trabajo duradero, me quedan muchos años a tu lado.

Es precioso mi trabajo, es único. Acaso hay un trabajo más reconfortante que el mío?

Yo soy tu motor, soy tu corazón, bihotza me llamas….

No pares, no quiero un cese temporal de mi actividad…. Quiero seguir trabajando por muchos años.

Bihotza me llamas…