Yo nací entre cintas de montaje sin fin, me crié entre maquinas de coser sin corazón y maduré entre maltratos mal pagados. Para los que están en la cima social y económica, nosotros no somos más que objetos sin otro propósito que trabajar sin descanso a cambio de nada.
Cuando perdí a mi madre en un accidente laboral, fue a mí a quien tocó sustituirla en su puesto. He visto a niños de mi edad o menos ser fustigados y maltratados por los capataces. He dado y perdido todo lo que tenía por tal de ser recompensado por mi esfuerzo y, ahora en mi lecho de muerte, veo que nada de eso valió la pena.
¿He vivido en vano obedeciendo sin pensar a los que me engañaban de forma descarada? Puede que lo haya hecho, pero ahora estoy a punto de liberarme del peso que tengo a mis ancianos hombros y a punto de volver a ver a mamá. Y para mí eso es más de lo que puedo pedir.
Pues por el Esfuerzo de vivir la vida hasta el final se te Recompensa yendo al cielo.
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